Software como servicio
Los servicios SaaS ponen las aplicaciones a disposición de los consumidores a través de Internet, normalmente con un coste de suscripción mensual.
En lugar de comprarlo una vez y activarlo, los usuarios del software como servicio se suscriben a una aplicación. Los usuarios se conectan y utilizan un programa SaaS a través de Internet desde cualquier ordenador compatible. El programa real funciona en servidores en la nube que podrían estar lejos de la posición de un cliente.
Esto ofrece varias ventajas y desventajas. Las principales ventajas de SaaS son la simplicidad, la facilidad de uso y la gestión organizativa. Además, los modelos de software como servicio ofrecen costes iniciales más bajos que las aplicaciones estándar de descarga e instalación, lo que los hace más asequibles para una mayor variedad de empresas, posibilitando que las compañías más pequeñas irrumpan en los mercados desarrollados y motivando a los proveedores.
La principal desventaja de las aplicaciones SaaS es que suelen requerir una conexión a Internet en funcionamiento. Sin embargo, la creciente proliferación de ofertas de Internet y de redes telefónicas de alta velocidad como la 5 G hace que esto sea menos problemático. Además, algunas aplicaciones SaaS ofrecen un modo offline para funciones sencillas.